Lo primero que hizo Martín Buzzi cuando asumió fue contratar a dos “asesores políticos” que participaban de las reuniones de gabinete y co gobernaban desde la oficina de información pública tal cual lo denunció el diario Jornada oportunamente. Asesores/ consultores que serán recordados por sus apodos, “Kiko” y “Kako”. Algo que en el estilo Buzzi es una constante y que a diferencia de Gabriela Dufour que contrató a un asesor con la factura 00001, estos consultores ya tenían historia en la provincia por haber asesorado a Daniel Taito y formaron parte de las firmas investigadas en la denuncia que el diputado Roberto Risso presentó sobre la publicidad oficial con Odatech SRL.

Lo segundo que hizo el propio Buzzi fue contratar a un experto en oratoria (Rodríguez Sarachaga) y junto con él a una asesora de imagen y maquilladora profesional. Hasta acá, datos que ya habían salido a la luz y que junto al sastre –que no es ni Ricardo ni Gustavo- que le confecciona los nuevos trajes son algo así como un “combo estético diseñado para timoratos e inseguros en el ejercicio del poder”.

Y un dato: el sastre concurre cada 15 días a la Casa del Chubut a tomar las medidas de su cliente.

El combo se completa con el nutricionista Omar Mantovani, una especie de Nutricionista para famosos que atiende en su consultorio de la calle Arenales al 1600 en el coqueto barrio de Recoleta pero al que Buzzi no va porque no quiere cruzarse con ningún famoso y prefiere trasladarse desde la Casa del Chubut hasta Hipólito Irigoyen al 500 en la localidad bonaerense de Pilar donde Mantovani posee sus otras oficinas, de perfil un poco más bajo.

El tratamiento que le permitió bajar más de 20 kilos lleva el nombre de extreme makeover y Mantovani se especializa además en estética facial y corporal, a través de un novedoso método de adelgazamiento localizado. El tratamiento incluye una pastilla diaria, destinada a atacar dos zonas puntuales: Buzzi pidió trabajar especialmente sobre ojeras y papada.

Fue allí que producto de este pedido especial del gobernador, el nutricionista sugirió la incorporación de un peluquero para rasurar los pelos de las orejas y darle forma al cabello y la barba. Fue allí también donde –siempre pagado por los chubutenses- apareció el matrimonio amigo del secretario Diego Siciliano, para completar la “puesta a punto en la nueva imagen del líder”.

Gustavo Fabián Pérez y Dorella Gianni, peluquero y podóloga respectivamente, es el matrimonio que todos los domingos concurre a la residencia del gobernador para dejarlo –como le gusta decir a Buzzi- “bien apetecible y varonil”.

Gustavo llega a la residencia alrededor de las 20 horas, cuando las reuniones de agenda que organizan Sosa y Taito están terminando, y un rato después cuando Buzzi se asegura de que no haya nadie del grupo agenda, llega la podóloga egresada de la UBA y residente del Hospital Italiano de Buenos Aires, para retocarle los pies talle 47.

Así las cosas, es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Los chubutenses pagamos maquillaje, vestuario, sastres, asesores de oratoria, imagen y comunicación y desde que Buzzi tiene menos papada y menos ojeras y con orejas sin pelos a la vista, también pagamos el peluquero (nótese que tiene menos pelos que funcionarios leales) y la podóloga Dorella, más conocida como Dori.

Hay muchas cosas que Buzzi no supo o no pudo lograr hasta ahora y una de ellas es la discreción de sus funcionarios pero ahora que el tren se está yendo, hasta el peluquero cuenta sobre las visitas dominicales a la residencia. Le están perdiendo el respeto y eso es muy feo para un gobernador.